martes, 1 de octubre de 2013

Día 2

Martes 1 de Octubre del 2013

Hoy tampoco he ido al instituto... Me he levantado con migraña y náuseas, de hecho he soñado con los juegos que tenía y ahora ya no tengo. Me encuentro fatal, tal si mientras dormía una panda de niños se hubiese dedicado a saltar sobre mi espalda cual colchoneta elástica, todavía falta una semana hasta mi analítica, mientras tanto... Seguiré a la espera. ¿He de ir al instituto o no? Por un lado temo perder demasiadas clases y no lograr ponerme al día, pues un curso como el que es segundo de bachillerato requiere tanto atención como asistencia. Por otro lado, es posible que si acudo dudosamente pueda concentrarme.

Al parecer, la prima Sole, hoy pasará a recogernos con la furgoneta tanto a mi madre como a mí, -puesto que mi hermano siempre está en la "uni"-.
Aunque ella realmente no es una familiar directa, a Amanda le gusta pensar en ella de esa forma, pues siendo menos ha hecho por nosotros mucho más de lo que toda nuestra familia se ha dignado. Sole, es una muy fuerte y bellísima persona amante de los animales tanto o más que yo, de hecho cuando viene casi siempre trae consigo a su perrita Lili, que al igual que ella tiende a ser hiperactiva y cariñosa.               
Bueno, por el momento esto es todo, iré a desayunar, todavía tengo que ducharme y arreglarme para cuando venga.

22:02, acabo de regresar tras un largo y ajetreado día, así pues, me dispondré a realizar un breve y detallado resumen.
Para empezar, como anteriormente he detallado, Sole junto a la dulce Lili vinieron a recogernos con la furgo. Sin embargo, antes de emprender el camino, nos invitó, por mi parte, a una coca cola y por la de mi madre a una cerveza en un bar de por los alrededores. Hablamos un poco de todo, y como de costumbre la prima, que no es prima, consiguió arrancarnos sonrisas y carcajadas. Y es que, tal como su nombre lo indica, es un sol que arroja luz sobre la oscura realidad, una cándida flor entre la podrida maleza.
De este guiso, proseguimos nuestro camino hacía "Elche carrus", no sin antes hacer otra parada en un bar, dónde, nos hinchamos a comer ensaladilla rusa y cortezas de cerdo que por su puesto, también degustó la pequeña Lili.

Ya en Elche, mi madre, acudió al lugar donde se supone que tenía una entrevista de trabajo pero al parecer hubo un malentendido, pues ese día estaba programado para que Amanda empezará a trabajar de prueba. Sin embargo, según el acuerdo entre la jefa y mi madre, comenzará desde mañana mismo. ¡Buenas noticias! Mi madre por fin, después de tanta lucha, tiene un trabajo decente, ahora solo falta conseguir el contrato tras el mes de prueba. Pero bueno, estoy totalmente segura de que mi madre será capaz de metérselos a todos en el bolsillo.
Tras semejante notición, Sole nos prestó dinero para volver a Alicante en tren ya que ella tenía algo pendiente por realizar.
Al ver que no nos daba tiempo a regresar a casa antes de que el cursillo para parados de mi madre diese comienzo, ambas comimos en un local de comida rápida a un precio muy razonable.
Finalmente, cogimos un último y definitivo autobús que nos acercó al lugar donde se impartían las clases, pues según las normas de la vivienda semi-tutelada está terminantemente prohibido que una menor resida en la casa sin compañía alguna, de hecho en su día siquiera me dieron llaves y eso que a penas me faltan cinco meses para tener la mayoría de edad, menuda injusticia... Mas al no quedar otra, no puedo más que limitarme a seguir a mi madre cual perrito de bolso independientemente del lugar al que acuda.

En fin, tras cuatro horas y medias en las que estuve en la biblioteca del antro, las clases se dieron por finalizadas. Así que tuvimos que bajar desde el castillo de San Fernando a pie hasta nuestra “casa”. Por el camino nos paramos para comprar un bidón de agua, dos barras de pan y una bandeja de salchichón... Lo justo y necesario que permite esta economía de guerra para pasar un día más, aunque por ventura aún podemos comer y descansar bajo un cálido techo que nos sobreguarda de la frialdad del rocío de la noche. A Dios o cualquier ser que imparta justicia, si existe, doy gracias por poder vivir dignamente un día más.
Estoy muerta del cansacio, así que, sin más preámbulos me iré a dormir, mis más sinceros y bellos deseos a todo aquel que como yo, busqué un lugar en que poder subsistir en paz.


Estela

Día 1


 Lunes 30 de Septiembre 2013

Hoy, como casi todos los días, he dormido a duras penas hasta las ocho de la mañana. Sí, hoy, no he ido al instituto como tampoco fui la semana pasada, y ello es debido, a que estoy experimentando un estado de ansiedad que me indispone. Y aunque estuve reposando durante toda la semana anterior para el Lunes poder reincorporarme a las clases, el suceso, protagonizado por mi “padre”, que se produjo el Domingo me llevó al borde de un ataque de nervios. Y es que, al acudir a la casa de mi progenitor a recoger ciertas pertenencias, que aún residían en semejante casucha, Raúl, advirtió que todos los juegos de la Play Station 2 que por tantos años había custodiado, mágicamente se habían evaporado. Como lo oyen, nuestro padre, persona que nos ha dado la vida, sin previo aviso ni permiso había osado tomar la colección de videojuegos que hasta entonces pertenecía a mi hermano para, como no, venderla con el único propósito de quemar su hígado con aquel veneno denominado “cerveza” que poco a poco se va cobrando neurona por neurona.

Nuestro padre, NUESTRO PROPIO PADRE nos había robado, ocultado la verdad y posteriormente huido con el rabo entre las piernas cuando los “problemas” que tenía por hijos acudían a su puerta.                                                                                                                                      Así pues, con el disgusto y el desazón tras el robo producido, mi madre y un amigo de Raúl, acudieron a nosotros para tomar cuanto antes todos los objetos personales que aún residiesen en esa casa.
Caja, por caja, fueron trasladadas en coche hasta nuestra nueva “vivienda” teniendo así, que cargar con paquetes repletos de objetos pesados, así como un ordenador y un microondas, cuatro pisos arriba y sin ascensor, y todo por miedo a que el desgraciado que tengo por padre se dedique a vender nuestras pertenencias para llenar su estómago de la mierda que se bebe.
En una de las idas y venidas, mi cuerpo se resintió y perdí el conocimiento de modo que, caí por las escaleras aunque por ventura, al estar agarrada a la barandilla no me hice ningún daño relevante. La noche terminó sin más percances.

Así, llegamos al día de hoy, en el que nuevamente he acudido junto a Amanda al médico a causa de mi inestable salud. Me han dado cita para realizar una analítica, estoy preocupada, realmente no sé que me sucede, de hecho de lo único que tengo certeza es de que me siento muy débil y anémica.
Tras la visita al centro médico, nos hemos dado una vuelta por casa del desgraciado y como siempre, estaba durmiendo en el sofá con sus mugrientos pies negros y pestilente olor corporal.                    Cuando el sinvergüenza ha advertido nuestra presencia no ha sabido ni que decir al respecto así que ha hecho lo único que un hombre como él puede hacer, irse al bar. Y supongo que no le quedaba otra, mas después de la escena  que le montamos entre mi madre y yo el día de ayer, poco podía decir, pero ello no le exime de ser un malnacido.

Tomamos algunas de nuestras fotografías y recuerdos y de nuevo volvimos a la casa se mi-tutelada. Hoy, por suerte, no hemos recibido ninguna visita por parte de los asistentes a nuestro cargo, pues su sola presencia no nos resulta, en absoluto, grata ya que nos tratan como si de         mindundis nos tratásemos cuando nuestro único problema no es más que el vil metal, no tenemos  ni  hemos tenido  ningún problema con la justicia, sin embargo no hacen distinción alguna. Pero ese es otro tema que ya trataré con más precisión.
Mientras que mi hermano aún permanece en la universidad, nosotras nos hemos dedicado a ver fotos de la niñez y a rememorar acerca de los buenos tiempos, buenos tiempos en el que el dinero no era el mayor de nuestros problemas, ¿Y si pudiera volver atrás en el tiempo...?

Sin nada más que contar me retiraré, buenas noches y mis más sinceros deseos para todos aquellos que estáis en mi misma situación, y a los que no, les deseo la mejor de las suertes.



Estela.

Prólogo

Mi nombre es Estela y esta historia, mi historia, se remonta a un 9 de Agosto como cualquier otro, soleado e iluminado por los refulgentes rayos de sol, en fin. Era uno de esos días en que la gente normal toma su sombrilla y busca un buen hueco junto al mar para colocar su tumbona con vistas a un nítido y cristalino mar... Bien, no fue el caso, mas dicho amanecer fue el último que pude disfrutar en mi, en ese entonces, hogar, dulce hogar. Sí, eso es, tanto yo como mi hermano mayor Raúl, y mi madre Amanda, nos vimos forzados a abandonar la vivienda por impago y, ahí, señores, es donde se dibuja el periplo que ha resultado este incierto y largo verano.

Al abandonar la que era nuestra casa, no tuvimos más remedio que acudir al apartamento del que resultaba ser la ex-pareja de mi madre, Richard, quien aseguraba acogernos con los brazos abiertos.
No obstante, aquella falacia no perduraría más que un suspiro, pues desde el mismo instante en que la mudanza se concretó, dicho sujeto no hacía más que despreciarnos tanto a mí como a mi hermano y madre usando un abusivo lenguaje verbal, gritos, negarme en ciertas ocasiones el acceso a la vivienda obligándome de esa forma a permanecer en la calle, e incluso episodios de ira incontenida y enajenación. Así pues, nuevamente, nos encontramos contra la espada y la pared... Y aunque tratamos de resistir, finalmente a mi hermano y a mí, no nos quedó otra que recurrir a nuestro padre alcohólico y diógenes.

Cual fue nuestra sorpresa cuando nos encontramos aquella casa, si de esa forma se puede denominar, en unas condiciones de dudosa higiene. De hecho, no había sido limpiada en más de 3 años, así que, tuvimos que permanecer con Richard, hasta que semejante lugar fue higienizado y adecentado minimamente... Pues como ya he mencionado, la estancia dejaba mucho que desear... Váteres rotos, lavabo destrozado, muebles caídos, y sobre todo, sin agua corriente.                                                  Finalmente, el 20 de Agosto, realizamos la segunda y no definitiva mudanza, a expensas de que mi madre encontrará un lugar que los tres pudiésemos habitar.
La convivencia con mi padre fue inhumanamente posible, ya que, debido a la inestable salud mental de mi progenitor que o bien estaba ausente, o bien borracho como una cuba, mi hermano y yo tuvimos que afrontar todas las responsabilidades en cuanto a limpieza y alimentación se refiere...


Más tarde, los tres, acudimos a la asistencia social de nuestra área, donde, en principio nos dieron alimentos y tras la titánica lucha por parte de mi madre y a la desesperada, una vivienda social semi-tutelada el 10 de Septiembre, dónde ya permanecemos desde hace veinte días.